viernes, 24 de abril de 2009

Crónica inicial de una mujer que vive sola

Cuando decidi vivir sola, lo hice pensando en esas novelas antiguas de mujeres ke Vivian solas, en sus apartamentos cargados de libros, colillas de cigarro y botellas de vino. Que compartiría mi cama con un amante distinto las primeras noches, hasta ke escogiera a ese afortunado que quisiera compartir conmigo mi poca riqueza. Leía mucho a la Woolf, de hecho, me sigue acompañando ahora que vivo sola.

Fantaseaba las noches como adolescente, por una libertad que me permitiera caminar en bolas por la casa, asomarme en la ventana con un cigarrillo y una taza de agua dulce, saludar al mundo y su tristeza desde la torre de mi palacio y comer eventualmente una manzana fría oculta en mi refrigerador.

Imaginaba entonces esas paredes con cuadros abstractos, una alfombra en el piso, una cama destendida cubierta por la luz del sol, una mesa amplia donde comieran mis amigos, donde las copas de vino y cerveza vinieran y c fueran con la misma lentitud que el ruido de las lavadoras, y talves un gato o un perro que durmiera conmigo a los pies de mi cama, para recordarme que no estoy tan sola.

Y que llamaría a mi madre todos los días y feliz le contaría que estoy realizada, que la extraño, que la amo tanto y que todo está bien por este lado del mundo. Que comería aquello que me gusta y tomaría coca cola al desayuno sin regaños. Que fumaría mientras cago y dejaría la puerta abierta, que dormiría con la ventana abierta para dejar entrar algún carbunco o en su defecto un pequeño cronopio herido y olvidado. Y que a pesar de todo eso, era yo aun su princesa.

Que fumaría destendida sobre mi homologa cama, desnuda, oyendo las mismas canciones que cantaba en silencio en mi viejo cuarto, y sonreiría al pedorrearme libre con la eterna complicidad construida con ese lado indomable que mi madre no logro nunca esconder en su gaveta o en el bolsillo de su delantal.

Pensaba también que pasaría las noches escribiendo artículos, pequeños post para mi blog, cuentos que compartir luego con mis amantes, poemas infantiles cargados de sexo y uno que otro artículo que publicaría luego para alguna revista seria, o no tanto. Para mí las noches estarían cargadas de musas abrazadoras e irreverentes que me raptan peligrosamente alejándome de aquello que me encasilla de 7 a 4.

Recuerdo a Hesse, con el aprendí que buscando mi libertad me quedaría sola, y que ahí al final, encontraría mi recompensa. Y efectivamente, tanta libertad no me cabe en el pecho o las manos. Y por supuesto estoy sola.

Cosa rara es vivir sola por primera vez, especialmente para una mujer en Costa Rica. La culpa del abandono a la madre, las excusas a aquellos vecinos y familiares que me piensan abandonica. Y no falta uno que otro que piensa que mi nuevo hogar es alguna sucursal del Edén y no precisamente bíblico. Es como si nadie esperara nunca que un día esta pobre anima dejaría el nido materno y viviría sola, sin marido.

La cosa sería distinta si viviera yo en alguna ciudad de esas que quedan cruzando el charco. Pero aquí y ahora, donde los hijos viven con sus padres hasta que se hacen tan viejos como ellos, donde las señoritas decentes no viven solas, y donde cualquier día de estos, un piedro puede entrar a mi casa y dejarme peor que cuando llegué a ella, parece simplemente incompresible.

En todo caso, queridos contertulios, ahora vivo sola. Y casi todo el imaginario profético se ha cumplido. Solo talves que en estos días la soledad se me hace mucho más pesada. No es tan fácil la convivencia conmigo misma… no soy tan buena compañía se podría decir. Imagino que es solo cuestión de habituarme… o simplemente que no puedo vivir ni sola ni con nadie… no he aprendido a vivir es todo!

2 comentarios:

  1. Querida Amanda, lo único que puedo decir, es que muchas de las cosas suceden porque tenían que suceder, no es un pensamiento fatalista (cosa que no me cuesta tener), simplemente si tomaste una decisión no deberías lamentarte. Espero esa nueva aventura resulte lo que necesitas para ser aun mas, una gran mujer.

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  2. Heller, me recuerdas mi propia persona, donde no hay una desesperacion por los problemas, donde el silencio es tu me amigo, talvez un poco de musica siempre nos ayuda a tranquilizarnos, y es la unica que te da cosejos, donde prefieres conversar con tu mente en vez de voltear la cara y saludar a alguien que pasa por la calle, solo porque puede que nuestro mundo sea diferente al de los demas, donde tu habitacion suele tener plantas que personas, y ellas son tus mejores acompañantes, nunca te dicen que hacer, ni te critican, en ocaciones te alegras porque el rocio las a hecho crecer un poco mas o le a nacido un nuevo retoño, eso me hace recordar los tiempos cuando me atrevia a realizar algo a lo que tenia miedo, luego decir lo logre. .
    me encanta tu blog. .

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